Steve Jobs sí era para tanto

Steve Jobs se ha ido. Una de las cosas que le debo, aparte de que haya hecho más fácil mi relación con la tecnología y con el trabajo a través de sus aparatos, es que me permitiera avanzar, en su día, en el siempre complicado género periodístico de los perfiles.

Firmar en la sección ‘Perfilaturas’ de El Correo de Andalucía, puntual cada domingo en la última página del periódico, me causaba especial respeto. Solo lo hice una vez, y fue para desgranar la figura de Jobs, horas después de que presentara el iPad, en febrero del año pasado. ‘La teoría de la manzana’, se tituló el artículo.

Las soberbias caricaturas con que Jaime Pandelet acompaña cada uno de los perfiles ha convertido esta sección en obligada lectura cada semana. Por internet o en papel. Da lo mismo.

Ahora que ya no está, le debía este análisis, publicado hoy también en las páginas del decano de la prensa sevillana:

Steve Jobs sí era para tanto. Hace año y pico, en estas mismas páginas, uno se enfrentaba al reto de glosar la figura de Steve Jobs para la sección ‘Perfilaturas’. Decíamos entonces, quizá porque todavía vivía, que asegurar que Jobs hubiera sido artífice de una revolución, casi el fundador de una religión, era demasiado.
Su muerte nos ha dejado en triste evidencia. La unanimidad global con que se ha recibido la muerte del fundador de Apple, del creador de Pixar, del responsable de que entendamos nuestro día a día en buena parte como lo hacemos, nos hace perder la razón de ese mes de febrero. Ignorábamos entonces que el motivo por el que se le dedicaba aquel perfil (la presentación del iPad) sería una de sus últimas apariciones en público. Una vez más, se había colocado ante el mundo para revolucionarlo.
De su cabeza no solo salieron aparatos. Salieron modos de vida. Navegar hoy en un ordenador sin iconos, ventanas o ratón, nos resulta impensable; escuchar música sería muy distinto si iTunes y iPod no hubieran abierto el camino, tomando el testigo de los walkman, los discman y los equipos de alta fidelidad. ¿Se acuerdan?.
Quizá la diferencia, el valor añadido de Steve, fuera lo que Tomás Delclós titulaba ayer en elpais.com como su obsesión “por inyectar belleza a las máquinas”. El que sus sueños con forma de teléfonos, tabletas o computadores fuesen, además, preciosas. Por dentro y por fuera.
No copiaba, evolucionaba. No hacía marketing, sino buen trabajo. No tenía clientes, sino auténticos fans. La tercera de las seis veces que fue portada de Time el repaso a sus logros se condensaba con el mítico eslogan de la compañía: Think Different. Un buen resumen de lo que fue Steve Jobs: Un pensador diferente. Necesario.
Precisamente en la necesidad recae la magnitud del personaje. La necesidad de tecnología que supo hacer aflorar entre sus fans-clientes donde antes no había nada y, sobre todo, en su empresa. La misma que un día lo despidió y readmitió porque se hundía.
La misma que ha dejado como una de las mejores marcas del mundo. La misma que hereda de Jobs la incertidumbre de un futuro sin él.

Desarrollado por DT Author Box

Escrito por pacotorres

This entry was posted in Artículos and tagged , , , , , , . Bookmark the permalink.

2 Responses to Steve Jobs sí era para tanto

  1. Ángel M. de la Fuente says:

    Algunos de sus fans-clientes como tu dices hemos sentido su muerte de una forma muy dolorosa, casi como si de un familiar nuestro se tratase. Puede parecer exagerado, lo sé, no pido que alguien no iniciado en la informática y, más concretamente en el mundo Apple lo entienda. No he perdido un iPhone, no he perdido un Macbook, hubiese preferido eso sin duda, no, lo que he perdido (y hemos perdido) es una persona, un genio capaz de inyectar una enorme dosis de ilusión cada vez que daba a conocer una creación suya, porque era fruto de un enorme trabajo basado en el perfeccionismo. Cada creación suya ha sido tan bella que era de por si una obra de arte, una obra que nos impulsa a enseñar a los demás, pero no para pavonear de más procesador, pantalla más grande…. No, en ese pueril juego no se recrea un usuario Apple, tan solo disfruta enseñando esa pieza porque si, por ser ella misma sin mas características numéricas. Se que algunos usuarios, en especial los de Microsoft nos miran o nos han mirado alguna vez como si fuesemos parte de una especie de “secta”, ¿Por qué?, por muchos motivos, sin duda alguna porque la mejor publicidad de Apple ha sido el boca a boca, los usuarios nos vemos en la “obligación moral” de enseñar a nuestros amigos, familia y compañeros estos “aparatitos” que le minimizan a uno muchos quebraderos de cabeza, sería algo así como recomendar un “medicamento” que funciona a un usuario “enfermo” de otra plataforma.
    In memorian Steve Jobs.

  2. pablo says:

    Paco, y que crees que será de Apple sin Steve – todos sabemos que él fue el que llevo a Apple a lo que es ahora…sin él, para mi Apple va a ser un two and a half men sin Charlie Sheen!