Granada, tierra cantada por mil

Hay grupos y hay canciones que con el paso de los años, a base de cassette gastados -rebobinados mil veces con lápices Alpino- y de vinilos con tantos arañazos que no son capaces ni de sonar, asumen una gran responsabilidad. Se convierten en bandas sonoras de la vida de las personas y asumen la incansable labor de poner pelos de punta y humedecer escleras cada vez que suenan -siempre a deshoras y con dos gintonics de más- en el bar turno y en la compañía justa.

Esta es la portadilla de la sección de Cultura de IDEAL, hoy, donde arranca la excelente crónica de Carlos Morán, con fotos de Ramón L. Pérez. Si ustedes no han comprado (y guardado) el ejemplar de hoy, todavía pueden hacerlo en KioskoyMas en este enlace: http://goo.gl/9cMz1c

Si hubiera que poner sonido a la existencia del que escribe, éste tendría, sin duda, acordes de José Ignacio Lapido y la voz de José Antonio García. Miro alrededor y descubro que en los últimos 40 años, ha dado igual que fuera 091 o Los Ángeles. Los Niños Mutantes o Lori Meyers. El “abuelo” Ríos, los Largartija o Los Planetas. O Morente y Carlos Cano. Los Mutantes o los Lori. Estos nombres han curtido vidas, llenado copas, revuelto almas y amenizado borracheras a un puñado de generaciones encargadas de forjar la historia de la ciudad.

¿Qué tiene Granada donde no es posible tener unas comunicaciones dignas, un Metro en condiciones o una economía normal, pero donde la música nace, crece, se reproduce y nunca muere? Será el Agua de Lanjarón o los Pulevines con Maritoñi. Será que somos tribu y que hay gente como Las Del Cine (Cristina y María José) que le han ‘echado cohones’ para demostrar que en Granada Es Posible. Que era factible ponerle fecha a la historia.

Cuatro horas y cuatro mil personas en el Palacio de los Deportes. También cuatro -por lo menos- momentos históricos en un escenario donde el ‘Bienvenidos’ de Miguel Ríos sonó a cuatro voces (o a tres y pico. No me vengáis con pollas, que me estaba quedando bien lo del cuatro) y una sucesión de momentos que nos llevamos guardados en el corazón. Guardados en los futuros “yo estuve allí” como contamos, sálvese quien pueda, que estuvimos en Los Cármenes en el 82, en Armilla en el 96 o el Anfiteatro de Maracena ese mismo año (recuento gentileza del Cappa).

Cada uno contará la noche como le vino. Según el momento en que la epidermis tratara de subir más alto: La presencia de Lapido y García, juntos en el escenario por primera vez en 18 años, será para mi la foto que recordará que en nuestra puta y querida Granada todo es posible (incluido el regreso de los Cero. Que yo no digo nada, pero ya hay grupo en Facebook y todo). Buscar ángulos muertos para esconder el talento en Granada es inútil. Siempre se encontrará a Los Ángeles sintonizando para siempre el 98.6 de una frecuencia donde aparecerán los Niños Mutantes jugando a ser náufragos, aunque todos sabemos que realmente son Esclavos de su público, ante quien montan Guardia noche sí y otra también evitando que haya Mil Calles que, después de unas décadas, no lleven a ningún sitio.

Lo mejor es que el estandarte granado de este ejército loco, ya tiene quien lo porte: Napoleón Solo, Miss Cafeína y Pájaro Jack son la avanzadilla de la nueva generación de músicos que, con los Lori Meyers a la cabeza (ayer lamentablemente ausentes), siempre nos recordarán que por mucho que recorramos, Errantes, mil lugares, siempre acabaremos entonando, Cuando por Fin quede en hora nuestro reloj de arena, un ‘Vuelvo a Granada, vuelvo a mi hogar’, aunque “el tren vaya muy despacio”.

Muy recomendable:

- La Vín que noche (Kiosko y Más) por Carlos Morán / Y fotos de Ramón L. Pérez

- A los nietos del Rock&Roll, por Gonzalo Cappa

- Todo es Posible con dos guitarras, por José Miguel Bolívar

- Granada, el epicentro. Por Enrique Novi

Y ahora, a disfrutar con el momentazo de, adivinadlo, cuatro minutos de duración

Desarrollado por DT Author Box

Escrito por pacotorres

This entry was posted in Sin categoría, Trozos de vida and tagged , , , , , . Bookmark the permalink.

One Response to Granada, tierra cantada por mil

  1. Pingback: En Granada es posible. | La Estrella Nazarita