Piqué y la buena comunicación

Gerard Piqué puede caerte bien o mal. Puede parecerte bien o no su descaro, provocación constante o gestos “no elegantes” (sic) cuando tiene la oportunidad. Pero entre él y (supongo, ya que no los conozco personalmente) los responsables de Comunicación del Fútbol Club Barcelona y de la Selección, ayer ofrecieron una auténtica lección de cómo gestionar una de las situaciones más delicadas por las que ha pasado el jugador en su carrera deportiva.
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En la comparecencia, aun teniendo claro el mensaje a transmitir: “Soy como soy, no voy a cambiar ni pedir perdón. No quiero a dejar la Selección”, había mucho, muchísimo, que perder: Desde el riesgo de desestabilizar aún más la situación en la Selección; al propio vestuario del Barcelona, así como aumentar el coste personal y el desgaste del jugador, dificultando su futura trayectoria en el combinado nacional (que con 28 años todavía debe ser importante), e incluso ponerse a malas con algunos sectores del barcelonismo.
Así pues, y en coherencia con el razonamiento de que, si uno es valiente para ‘vacilar’ en determinadas ocasiones, debe serlo también para dar explicaciones, el central ayer se marcó un ejercicio de elocuencia digno de subrayar.
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¿Cuáles fueron los recursos utilizados en su discurso?
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Hubo uno principal, que articuló todo lo demás: Esto es un Madrid-Barça y no un España vs. Cataluña. El razonamiento es fácil de comprar y, de hecho, la mayoría de la prensa (también la madrileña) lo ha hecho en gran medida.
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Después de su comparecencia de ayer, Piqué ha reforzado su barcelonismo, la adhesión de una prensa catalana que había dudado de él en las ‘crisis’ con la guardia urbana o en algunos casos de indisciplina en el vestuario azulgrana (véase el capítulo del móvil ‘prohibido’ en el banquillo) y emerge como una suerte de ‘Sergio Ramos del Barcelona’: que siente los colores más que nadie. No veremos a Iniesta, a Puyol o a Xavi diciendo con esa contundencia: “Quiero que el Madrid pierda siempre” o “Los pitos en el Bernabéu son sinfonía para mi”. Eso lo hace Piqué. “Esa es la diferencia” (sic). Sigue construyendo su marca.
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A la vez, también el mensaje es muy claro de Barcelona para afuera: “Lo último que haría sería dejar la Selección” o “Siempre lo doy todo con España”. Las televisiones compran rápido esto, acompañado de sus imágenes partiéndose la cara literalmente con La Roja. AS hace lo propio en portada, y Marca titula muy bien para sus intereses (los de Gerard): “En la rivalidad con el Madrid soy así y no cambiaré”: El matiz por delante, para que no se espante.
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Y dos cuestiones más: Dice tener una relación “excepcional” con Casillas (que como ya no está en el Madrid, no le resta tanto) y con Ramos -su mayor ‘crítico’- dice estar en uno de sus mejores momentos: Música para los oídos de la prensa de Madrid.

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Más ingredientes sobre la oportunidad de la rueda de prensa: Los tiempos. Por un lado, coincidir con un partido decisivo de la Selección de Baloncesto deja algo menos de minutos para el tema en los medios (¿imagináis que Gasol y compañía hubieran perdido y  hubieran sido eliminados del Europeo?) y además no hay partido de La Roja hasta dentro de un mes, lo que ayudará a enfriar las cosas. La ‘teoría’ Madrid-Barça’ (como la llama mi amigo Dani Olivares), se distancia también de La Diada de hoy.

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Hoy Piqué se ha levantado más querido en Barcelona y reforzado en su compromiso con la Selección. Sus críticos son irrecuperables: lo sabe, y lo asume. Había mucho que perder, pero ha avanzado para bien en dos frentes importantes para él. Mal comunicado, todo esto habría sido un auténtico estropicio.


PD: A todo esto, ¿qué hago yo hablando bien de Piqué? Pues va a ser que comunicar funciona… ;-)

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Escrito por pacotorres

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