
La primera página de la que iba a ser edición impresa de La Voz de la Calle
Cuarenta periodistas han pasado esta noche desolados. Desolados. Unidos. Y sin contrato.
Un proyecto común, por el que muchos dejaron sus trabajos, se les ha venido encima de un plumazo, informa Público. De un modo frío, cruel. A través de un “email genérico” de la persona que les animó a enrolarse en un barco que se ha hundido antes incluso de soltar amarras y dejar puerto: Teodulfo Lagunero.
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Además, te recomiendo el testimonios desde dentro:
- La Voz de la Calle. La última broma, por Alberto Arce.
- La Voz (a la puta) Calle, por Juan Sin Miedo.